Dia 5. Costa Atlántica, / Cocodrilo Pool


Dia 5. Costa Atlántica,  / Cocodrilo Pool


Ese día era domingo y Omar tenia fiesta, por lo que le convencimos de que nos acompañara a hacer una visita al Cocodrilo pool, nuestra idea era viajar en transporte público.  

Quedamos con él a las 10 h. en la embajada de España,  los domingos no tiene la bandera puesta pero la encontramos. Fue un gran error, una experiencia surrealista. Al salir del hotel siempre hay un montón de taxis verdes que te ofrecen sus servicios. Pagan un canon al hotel para poder estar allí. Pero nosotros no los queríamos coger.


Mujer con un bebe
Autobuses,  no hay, leímos que Barcelona en 1992 regalo parte de su flota antigua de autobuses sustituida, ya no vimos ninguno. De viejos que debían ser ya estarán todos rotos.

Tren, no hay, nos contaron que los ingleses desmantelaron la línea férrea y se lo llevaron todo en barcos antes de darles la independencia. Esperemos que en Catalunya no nos hagan lo mismo cuando nos independicemos.

Furgonetas azules y blancas, van parándose en las carreteras para recoger a gente que más o menos hace el mismo recorrido. Paran, preguntan y si conviene te montas. Es el transporte que nosotros queríamos coger para ir a Cocodrilo Pool.
Monito en el arbol

Taxis amarillos, son los que utilizan los Gambianos para desplazarse y no paran de tocar la bocina ofreciendo sus servicios. Es como una persecución.



A nosotros nos hicieron seguir los del hotel, se nos puso al lado un chivato para controlar que no cogiéramos ningún taxi amarillo. Como no le queríamos decir a donde queríamos ir nos mando a un policía turístico que después de identificarse con un  montón de carnets que no entendíamos se empeño en que no podíamos ir andando solos, en que teníamos que coger un taxi verde. En mitad de la trifulca llego Omar y para que él no tuviera problemas
El cocodrilo Charli
cedimos y nos subimos a un taxi verde que nos había seguido desde el hotel. Fue muy desagradable. Hemos de aprender a insultar en ingles. Ni Toni ni yo nos sabemos ningún insulto en ese idioma, es un fallo por nuestra parte.


Toni tocando a Charli

Coodrilo Poll es una charca llena de cocodrilos, dicen que hay unos 100, los tiene allí sueltos y no son “peligrosos” porque desde que nacen tan solo comen pescado ahumado. Uno de ellos es muy viejo, se llama Charli, y se deja tocar para hacer la foto de rigor. Te paseas tranquilamente por allí en medio haciendo fotos. También hay un museo de instrumentos musicales de cada etnia, con Omar aprendimos mucho sobre etnias. Hoy en día aun se marca a los niños.  Según nos contaron las mujeres estériles van allí a bañarse en la charca porque creen que es una cura de fertilidad, es un


Añadir leyenda
remedio que está bien, si el cocodrilo no te come te quedas embarazada.

El entorno es muy agradable y hay un montón de pájaros dado vueltas por allí.. Entrada al Cocodrilo Pool: 250 dalasis. Dar de comer al cocodrilo: 100 dalasis. Taxista: 400 dalsis. Propina Omar: 200 dalasis

En la entrada un artista local vende unos lienzos muy bonitos. Al menos a nosotros nos gustaron y compramos uno. Dentro también vende artesanía y compramos algunas cosillas. (1 lienzo: 300 dalasis) (4 bolsitos minis+ 2 telas + 1 colgante diente de cocodrilo: 450 dalasis)
Regresamos en el mismo taxi al hotel, el taxista nos estaba esperando.

Al medio día hace mucho calor, a la fuerza se ha de comer en el hotel, cualquiera tiene narices para aventurarse fuera.
Comida en la piscina del hotel, entre 1.100 y 2.000 dalasis para 2 personas.
Los camareros y camareras son tan serviciales que nos querían montar la mesa para comer en la playa.
Pavo Real

Compramos botes de frankfurts y nos pasamos la tarde aramdos con la camara de fotos persiguiendo pájaros, monos y reptiles por el hotel y dando de comer a los pavo reales , a los bananos y a los gatos. Toni había leído que el hotel de al lado del nuestro (Hotel

Senegambia) tenía más animales, así que  les pedimos poder entrar, los recepcionistas fueron muy amables y nos dejaron pasear por allí sin ser clientes. Nada, mentira, los pajaritos y los monos  no saben en qué hotel se han de quedar así que van de un lado pa el otro, hay los mismos bichos en los 2 sitios. Las barreras
Banano
para ellos no existen, unos se saltan a la torera y los otros  volando las vallas de los dos hoteles.

Como cada noche cenamos en un restaurante de la calle principal (enfrente del hotel) y luego un helado a la entrada del hotel.
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